Porque así lo quiso Dios

Carlos y Lucy, desde muy niños, vivieron en un pequeño poblado del Estado de México llamado "Ojo de Agua" y vivían bastante cerca; coincidieron en estar por los mismos lugares y conocer a las mismas personas... Pero ellos dos no se conocieron. Luego, en la misma población estudiaron la primaria y luego la secundaria, convivían en calles, lugares de entretenimiento y celebraciones comunes. Incluso siendo ellos apenas unos niños, los padres de Carlos y los padres de Lucy se conocieron... Pero ellos dos no se conocieron. Paso el tiempo y las familias de Carlos y Lucy, salieron de aquel poblado y vinieron a vivir a Cancún a principios de los Ochentas con apenas unos meses de diferencia. En aquél Cancún todavía pequeño, coincidieron en estar en mismos lugares y con personas conocidas por ambos; incluso, los hermanos de Carlos y los hermanos de Lucy se conocían y ambos tenían diversas amistades y conocidos en común... Pero increíblemente, ellos dos no se conocieron. Carlos se fue de Cancún en sus veintitantos y regresó más de dos décadas después, durante esos años Lucia viviendo en Cancún, con sus amados hijos y familia, llegó a convivir en diversas ocasiones con los padres y hermanos de él, Lucy se volvió una amistad sólida de la familia de Carlos... Pero aún así, ellos dos no se conocieron. Coincidieron y coincidieron en tiempos, espacios y personas durante décadas... pero ellos no se conocieron. Muchos años después Dios quiso que se conocieran, y así, finalmente llegó el día; se cuenta que se enamoraron tanto y fue tanto el tiempo de desconocerse contra todo presagio, que también Dios determinó que desde el primer día en que se conocieran, JAMÁS SE SEPARARÍAN. Y por eso hoy, Carlos y Lucy han decidido unir sus almas por siempre y a Dios agradecen sabiendo que eternamente se hará su voluntad.